Último fin de semana de descanso para la Roma de De Rossi, que a partir del lunes iniciará la carrera final para conseguir una plaza en la próxima Champions y soñar con una segunda final consecutiva de la Europa League. Y en este examen de dos meses hay todo un un equipo que también se juega su futuro con la camiseta de la Roma.
Diez más uno. En el cuál está Paulo Dybala. Tiene contrato con la Roma hasta 2025, pero con quién habrá que sentarse hablar antes del verano para entender si seguir juntos y cómo. La cláusula de 12 millones pende como una espada de Damocles sobre las ambiciones de la Roma. Así como el riesgo de empezar la próxima temporada sin renovación y con el contrato a punto de llegar a su final. Pensamientos, no impulsos.
Pero más allá de Dybala, hay diez jugadores, que terminan contrato o están cedidos, dispuestos a decir adiós a partir del próximo mes de junio cuenta este domingo Marco Juric en el diario La Reppublica. Empezando por Romelu Lukaku, cedido por el Chelsea con un derecho de compra fijado en 43 millones de euros. Muchos, quizás demasiados para ejercitar, a ojos cerrados, la opción al club inglés. El belga será devuelto al remitente y sólo más adelante se sabrá si se intentará un nuevo asalto y cómo hacerlo. Con el nuevo director deportivo y junto con el nuevo (o antiguo) entrenador.
La gestión de las otras nueve fichas es más sencilla. Opciones más estratégicas que técnicas. Rui Patricio, Spinazzola y Boer, cuyos contratos expiran el próximo mes de junio, se despedirán sin mayores remordimientos. Así como Renato Sanches y Kristensen, cedidos por PSG y Leeds respectivamente.
Historia diferente para Huijsen, que regresará a la Juventus, lamentando no haber logrado, el pasado mes de enero, arrebatar una opción de compra a los bianconeri a precios favorables. Antes de que el talento del español explotara y su precio se disparara más allá de los 20 millones.
Para otros tres jugadores se realizará un razonamiento más estructurado. Azmoun está cedido por el Bayer Leverkusen con un derecho de compra fijado en 12,5 millones de euros. El iraní (actualmente lesionado) convenció a todos con su profesionalidad y apego a la camiseta. Un refuerzo perfecto para un club de primer nivel. Pero la cantidad acordada con los alemanes se considera exagerada en Trigoria: sólo con un (gran) descuento podrá regresar a Trigoria.
Discurso similar para Llorente. Los avances del Barcelona del pasado mes de enero no han encontrado seguimiento en los últimos tiempos. Y la idea de los Friedkins de ejercer la opción de compra procedente del Leeds (5 millones) y luego ganar dinero con su venta parece ahora cosa del pasado. El último es Angeliño, que llegó el pasado mes de enero cedido procedente del Leipzig. Por 5 millones la Roma puede mantenerle de manera definitiva y poner una primera pieza en una banda, la zurda, que quedará totalmente expuesta a partir de junio.
