Si hay un aspecto que la Roma debe mejorar tácticamente es el relacionado con los goles encajados de cabeza cuenta Corriere dello Sport. Un dato alarmante, pero claramente revisable a través del trabajo en los entrenamientos y una mayor atención por parte de los protagonistas sobre el terreno de juego.
De hecho, sin embargo, la Roma ha encajado diez goles de cabeza esta temporada: sólo Frosinone y Lecce lo han hecho peor, encajando uno más que los Giallorossi. Los últimos partidos han puesto de relieve esta dificultad en el marcaje personal y en situaciones de balón alto. El último es el de Ranieri en el partido contra la Fiorentina, pero antes también Paixao en la Europa League con el Feyenoord, Zapata en el Roma-Torino, Acerbi en el partido contra el Inter y Kastanos en el partido fuera de casa ante Salerno. En definitiva, los goles encajados son muchos de cabeza, además de los provenientes de centros: diez, córners incluidos.
Sólo Cagliari (12) obtuvo resultados peores. Claramente desde el inicio de la temporada, por lo tanto un problema que ya era evidente antes de la llegada de De Rossi. El cambio de formación ha ayudado a la Roma a marcar más goles (2,7 por partido), pero ha expuesto más al equipo en la fase defensiva, con once goles encajados en trece partidos: 0,8 goles encajados por partido. Trabajos en marcha, de todos modos Roma no fue construida en un día.