Donde el instinto te dice que vayas, tu cabeza te dice que te detengas. Reflexionar. Razonar. Y tal vez reír también. Romelu Lukaku lo aprendió en el fútbol y en la vida. Lo entendió cuando, de niño, fingía no ver que su madre diluía la leche en agua para que durara más. Lo entendió cuando decidió abandonar Bélgica, su refugio seguro al que quizás regresará algún día, para intentar una aventura en la Premier League. Lo entendió hace dos noches, en el corazón del Olímpico, cuando se echó a reír (de sí mismo, ante todo) ante la evidente pregunta que esperaba sobre el futuro. En el medio, en todos estos años, poca cabeza, mucho instinto. Pero el tiempo pasa para todos, incluso para él, y por eso, aunque el instinto te diga que vayas, tu cabeza te dice que te detengas. Y pensar.
La noticia, además de todas las bonitas palabras, es que Lukaku está pensando. Porque su etapa romana, en principio, es al menos temporal: Big Rom vive en Casal Palocco, sus hijos viajan de ida y vuelta a Bélgica, la casa está rentada. Firmó en un préstamo por una temporada, a partir del 1 de julio volverá a ser jugador del Chelsea con un salario de más de 10 millones de euros y una cláusula de casi 4 veces más ese valor (37 millones de libras) necesaria para poder liberarse. Probablemente no se quedará en Londres, pero a Lukaku le gustaría quedarse en Europa. Entonces, ¿por qué no en Roma?
La situación es complicada porque, cuenta Chiara Zucchelli en el Corriere dello Sport, Lukaku cuesta mucho, entre salario y ficha, y en Trigoria tienen que, entre otras cosas, reducir costes. Y pensar también en una posible renovación de Dybala. Pero si la Roma, mediante la Europa League o la Serie A, clasificara para la Champions, la operación sería más factible.
Las relaciones entre Roma y Chelsea son buenas, también está por discutirse el posible derecho de recompra que tienen sobre Abraham porque cuando hubo que hacerlo, el pasado mes de junio, Tammy acababa de ser operada de la rodilla. Si realmente la Roma quiere intentar retener a Lukaku habrá que hacer una importante operación diplomática para convencer al Chelsea y si hay alguien que lo sabe bien es Big Rom.
Lukaku jugó 35 partidos con la Roma, marcó 18 goles, es un líder indiscutible y un chico que inmediatamente se hizo querer en el vestuario. Con Mourinho tenía una relación de oro, con De Rossi fue un sentimiento a primera vista, con los dueños hay respeto mutuo. ¿Será suficiente para quedarse? Nadie lo sabe en este momento. Ni él ni el club. Pero lo que antes parecía imposible ahora es, al menos, una posibilidad. No lo dice el instinto, lo dice la cabeza. Y entonces eso es correcto. Detente, piensa. Evaluar. En resumen: sea inteligente.