Su ausencia, junto a la de Lukaku, se hizo sentir mucho ante el Bologna, pero más aún en los setenta minutos restantes del partido ante la Fiorentina cuando tuvo que abandonar por lesión. El sentimiento de todos los aficionados de la Roma, en primer lugar el de José Mourinho, es que si el argentino se hubiera estado en el terreno de juego durante todo el partido, o incluso sólo durante la mitad, el éxito habría llegado contra la ‘Viola’, partiendo directamente de su pies. Y en cambio el guión de aquel partido decía algo completamente distinto: la lesión en el flexor del muslo derecho justo cuando Paulo volvía a su mejor condición.
Una lluvia helada para la Roma y para el propio atacante que, ya acostumbrado a este escenario, se puso inmediatamente manos a la obra para recuperar el terreno de juego antes de cualquier pronóstico, es decir, 2024. ‘La Joya’ está quemando el tiempo y ya va camino de la recuperación: tal es el deseo de volver a estar a disposición de la Roma, tal es el deseo de ayudar a Mourinho y a sus compañeros a salir de esta hazaña de la mejor manera posible.
Por lo tanto, esperan sumar puntos importantes para mantenerse en la carrera por el cuarto lugar. Así que, aunque ta estaría inmediatamente disponible para sentarse en el banquillo el sábado contra el Napoli, el verdadero objetivo es estar allí el 30 de diciembre, en ese estadio que fue su casa durante siete largos, intensos y exitosos años asegura Corriere dello Sport.
Dybala quiere estar ante la Juve, quiere jugar y ponerse a disposición de Mourinho también para dar una señal positiva al grupo. Es decir, en este momento tan importante de la temporada todos deben apretar los dientes, superar sus dolencias y jugar para la Roma. Sabemos que cuando Dybala se queda fuera es sólo porque se hacen evidentes lesiones graves. Nunca en esta temporada y media en la Roma se ha quedado fuera por miedo, sin tener problemas físicos.
La fragilidad muscular no puede ser un defecto, sino que las ganas de trabajar duro y acelerar el ritmo para sostener al grupo son mérito de un talento que hace un año celebraba la victoria del Mundial y que hace seis meses lloraba por la final. Perdió con la Roma en la Europa League. Aquí cabe destacar cómo Paulo tiene un fuerte vínculo con la escuadra, con el entorno giallorossi y con el equipo. Y ese sacrificio es rutinario para él a la hora de apoyar a sus compañeros en momentos de dificultad.
No jugará ante Napoli, pero su presencia en el Allianz Stadium será vital para buscar puntos ante un equipo que compite por el scudetto y que ha significado mucho para él. Sin duda, no se pueden olvidar cinco campeonatos, cuatro copas de Italia y tres supercopas de Italia, así como el cariño que la afición de la Juventus le mostró.
Por ello trabaja tan duro como puede para estar disponible para el partido contra su pasado, mañana y tarde, todos los días, dividiendo su tiempo entre Trigoria y el gimnasio que creó en su villa en Infernetto. Tiene un staff que lo sigue constantemente (entrenador personal, osteópata y nutricionista): Paulo vive una vida casi monástica, está muy atento a la nutrición y a un estilo de vida correcto. Por eso también sigue adelante con su regreso y por eso, y no sólo por su talento, es un jugador querido por entrenadores y compañeros. Dybala está listo para terminar el 2023 en la cancha y trabajar duro para vivir el nuevo año por todo lo alto entre la Roma, Argentina y la boda con su Oriana.