¿Recuerdan ese cliché que dice: «Los chicos buenas van al cielo, los chicos malos van a todas partes?» Pues adaptémoslo al fútbol y descubrirán cómo José Mourinho – «Nací bandido«, decía hablando de sí mismo hace apenas diez días – está cambiando todos los pronósticos sobre su futuro, acercándose a una renovación con la Roma. Por ejemplo, a nadie se le escapa que un factor importante en el aumento de los ingresos se debe a la venta de entradas y abonos. Gracias sobre todo a las decenas de «Sold Out» que el efecto Mou ha podido generar.
Si la visibilidad es el alma de los negocios, no hay entrenador en el mundo que pueda garantizarla más que Mourinho. Por supuesto, actitudes y posiciones cuestionables a veces le dan escaparate, pero gracias a él la Roma ciertamente encuentra un espacio en los medios internacionales que nunca habría tenido con otros entrenadores asegura este miércoles La Gazzetta dello Sport.
No lo ocultemos, las elecciones de los jugadores casi siempre están guiadas por la economía (y la Roma tiene la tercera nomina más alta de la liga), pero ante salarios similares, se ha entendido que ser entrenado por el ‘Special One‘ es un privilegio para muchos jugadores. No es ningún misterio que muchas negociaciones difíciles (Abraham, Matic, Dybala y Lukaku sobre todo) se han resuelto gracias al hecho de que Mourinho se sienta en el banquillo de los Giallorossi.
En los partidos de Copa marca la diferencia – Cuando el margen de error parece reducido al mínimo, es difícil encontrar en el mundo un entrenador capaz de aportar un excedente de motivación al equipo como José sabe hacer. Los Friedkins saben bien que, a los ojos de los aficionados, cualquier victoria será sólo gracias a Mourinho, pero para la gente para la que el fútbol no es su principal interés, considerando todas las cosas es un pequeño precio a pagar. Siempre y cuando las cuentas (gracias a la Champions) vuelvan rápido.
