La Fiscalía Federal de la FIGC notificó ayer a la Roma la denuncia formal con notificación de conclusión de la investigación relativa al proceso abierto por declaraciones perjudiciales de José Mourinho contra el árbitro del Sassuolo-Roma, Matteo Marcenaro, y Domenico Berardi en la previa del partido. Ahora la Roma tendrá cinco días disponibles -a partir de ayer- para presentar sus escritos de defensa.
El club podría pedir al fiscal federal ‘Giuseppe Chiné’ que interrogue a Mourinho antes de una posible remisión: el ‘Special One’ está acusado de violar los artículos 4 (lealtad deportiva) y 23 (declaraciones perjudiciales) del código de justicia deportiva: corre el riesgo de ser multado o sancionado por un tiempo determinado. Las frases ofensivas son las relativas al árbitro del partido («No tiene suficiente estabilidad emocional para un partido de este nivel, el perfil del árbitro no me deja tranquilo, Mancini seguramente recibirá una tarjeta amarilla en el minuto 10 y ganará «No jugará contra la Fiorentina») y sobre Berardi («Es un jugador fantástico, pero hay que tener un poco más de respeto por el rival, lo que hace es demasiado para desestabilizar el juego, burlarse de todos»).
El club tendrá acceso inmediato a los documentos y en los próximos siete días presentará los escritos de la defensa, o pedirá la ya mencionada entrevista de Mourinho con el fiscal Chiné asegura este martes el diario Il Messagero. El club ha optado por no desvincularse de las palabras del técnico y podría utilizar como estrategia defensiva citar declaraciones de otros entrenadores de la Serie A con contenido más serio, pero sobre las que no se ha abierto ninguna investigación.
Mou no fue el único técnico bajo la atención de la fiscalía federal. También se abrió una investigación contra Thiago Motta, su exjugador en el Inter de Mourinho, tras las sentencias sobre el árbitro Doveri y Var Nasca en el post Lecce-Bologna.