José Mourinho está feliz en Roma y estaría dispuesto a renovar su contrato. Por otro lado, están los Friedkins que tienen dudas sobre la continuidad del ‘Special One’, cuenta este miércoles el diario La Reppublica. Tal y como ha reiterado el propio Mou, nadie le ha hablado de una renovación, probablemente a la espera de ver cómo van los resultados deportivos de aquí a mitad de temporada. Por este motivo la decisión podría tomarse en enero.
José estaría dispuesto a quedarse, pero la familia Friedkin no parece estar muy de acuerdo. Consecuencia, por parte de los propietarios, de una relación que con el paso de los años, de la inicial simpatía y respeto mutuo, se ha ido transformando en un sentimiento cada vez más descendente. Alguien, en los pasillos de Trigoria y Viale Tolstoj, ha dejado entrever recientemente que el señor Dan, el gran jefe, en estos dos años y medio ha simpatizado poco con algunas de las exuberancias dialécticas, dentro y fuera del campo, del técnico portugués. Empezando por el asunto Karsdorp tras el partido contra el Sassuolo, terminando por la relación siempre conflictiva que ha habido con la clase arbitral, en Italia y en Europa, por parte de Mou y su plantilla.
Por estas razones, a menos que en la reunión entre las partes en Setúbal del pasado verano se llegaran a acuerdos actualmente desconocidos, creemos que no habrá renovación. Así como tampoco habrá, hasta donde sabemos, un próximo encuentro con Mou en la que el portugués diga que está listo para renovar.