Primero el debut en la grama del Olímpico, después el abrazo y las palabras melosas de José Mourinho. El 5 de octubre es un día que Francesco D’Alessio recordará por el resto de su vida.
«Antes de empezar la entrevista quiero contaros una historia», empieza Josè que acerca al chico ante las cámaras, lo abraza y empieza a hablar: «¿Ves a este chico? Bueno, hace unas semanas, antes del comienzo de la escuela en las afueras de Trigoria estaba llena de niños. Él entrenaba con nosotros en esos días. Estaba feliz porque había hecho lo que esos niños en su dia, estaba en las afueras del centro deportivo esperando ver los entrenamientos y me dijo: ‘Señor, cuando tenía 7 u 8 años, yo también estaba ahí afuera gritando porque quería entrar a ver a los jugadores, pero ningún entrenador nunca abrió las puertas para dejarme entrar. Entonces fui allá y deje entrar a los muchachos. Ahora juega en la Roma en el Olímpico y delante de su familia. No tengo nada que decir, me voy, Dejaré que él hable. Felicitaciones».