Desde cuando tengo memoria, no me recuerdo la Roma ganar durante las épocas de fichajes. En invierno muchas veces se da la culpa al parón de navidad y a los demasiados panettoni que los jugadores se han comido durante las fiestas, pero la verdad es que cuando hay época de fichajes los jugadores de la Roma no consiguen estar totalmente centrados.
La Roma se ama o se odia, es así, que nos guste o no en la eterna capital todas las noticias pasan de boca en boca de todos los aficionados, ya sean verdaderas o falsas, y llegan a Trigoria y se convierte en algo que no dejan concentrar nuestros jugadores. Es un problema, y odio que no se pueda ser como otros rivales de la liga, Milan, Juventus o Inter, con un corazón de hielo a los que todo le da igual y nada entra en su vestuario. Pero yo amo la Roma y no la cambiaría para nada.
Pero esa época ya se ha acabado y ya no están esas excusas. Los jugadores se han ido con la selecciones y han vuelto. Dybala y Renato Sanches han descansado en la ciudad y están más cerca de volver a jugar. Lukaku ha marcado con Bélgica y poco a poco estará al máximo. La única nota negativa es la lesión de Pellegrini o Smalling, pero es el momento que Ndicka pueda demostrar su valor.
Pero no sólo el defensor, si no todos los 11, 13 o 16 jugadores que entrarán en el campo. Porque en una semana donde todas las radios nos dicen que si la Roma pierde estará solo con un punto después de cuatro partidos y Mourinho será despedido, nos toca a nosotros hablar y hacerle ver que perder no es un opción, que el ‘Special One’ se vaya tampoco y que la Roma está desunida menos aún. Todos los que hablan son personas que quieren nuestro mal y nosotros tenemos que callarlos. ¿Como? Con los tres puntos!