Las negociaciones que lleva a cabo la Roma por Marcos Leonardo y Renato Sanches se están desarrollando de una manera muy diferente, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Sin embargo, tienen una cosa en común: el hecho de que el próximo fin de semana puede condicionar el desenlace de una forma u otra.
Para el delantero brasileño, la petición de Santos no es baja, pero lo que también está ralentizando las negociaciones por ahora es también la cuestión de cómo pagar. Los giallorossi tienen para gastar unos quince millones que les gustaría dividir en una parte fija (no más de una docena) y una parte variable, añadiendo además un porcentaje a pagar a Santos en una futura reventa. No es suficiente. La Roma quisiera empezar a pagar a partir de 2024, por una estrategia que desde luego no es tonta: utilizar una parte de esa suma disponible para fichar a otro delantero.
Y si Marcos Leonardo presiona para que se haga el trato, también lo hace Renato Sanches, que solo está esperando hacer las maletas para mudarse a Roma. De hecho, el centrocampista portugués ni siquiera fue convocado en el amistoso del PSG ante los coreanos del Jeonbuk Hyundai Motors. Tras este partido, el plantel frances seguirá el camino de vuelta a casa y en ese momento el centrocampista portugués podrá dejar a los parisinos y marcharse cedido con derecho a compra a los Giallorossi.