Hace poco menos de un año Paulo Dybala aterrizó en Roma (de hecho, en Portugal, para entrenar bajo la mirada de Mourinho) en medio de la incredulidad y entusiasmo de la afición giallorossi que de inmediato lo recibió como a un rey.
A lo largo de los meses, el vínculo entre el argentino y el ambiente romanista se ha ido cimentando día tras día, entre los gestos de un fenómeno sobre la cancha y el carácter afable pero a la vez entrañable de ‘La Joya’. Ahora, un año después, julio sigue siendo el mes clave para el futuro del exjugador de la Juventus.
No tanto por el encuentro, aún no fijado pero que se producirá, entre su agente y Tiago Pinto para hablar del futuro, sino por un detalle de la cláusula de rescisión. El final del mes será el momento clave. La cláusula incluida en el contrato del campeón del mundo vence el 30 de julio, y si nadie la aprovecha, Dybala puede continuar los dos años restantes de su relación con los giallorossi.
Ya al final de la temporada, habiendo activado todas las bonificaciones pactadas el pasado verano, el salario del atacante se elevó por encima de los seis millones. Y ahora su futuro en Roma parece no estar más en duda asegura este sábado Il Tempo. A menos que algún club europeo importante intente dar el golpe en los próximos veinte días vertiendo 12 millones en las arcas de los giallorossi.
