Diez días. Es lo que resta para que se levante el telón de la nueva temporada de la Roma: la fecha a marcar en rojo es el 10 de julio, día elegido por Mourinho para el encuentro en Trigoria. Al principio se efectuarán las rutinarias visitas médicas, pruebas clínicas y pruebas deportivas. Entonces empezará a ponerse serio.
El foco estará en la preparación física para limitar las 33 lesiones de la temporada pasada, 19 de ellas de carácter muscular, que le quitaron jugadores durante meses y meses asegura Corriere dello Sport. El trabajo atlético, por lo tanto, será preciso, aumentado gradualmente y sin demasiada carga. ¿Escaleras? No gracias. ¿Pelota y duelos? Sí, pero con precaución. No correr riesgos innecesarios. Mourinho sacara el aliento, intentara hacer una vuelta al campo y al gimnasio gradual, luego habrá tiempo y manera de subir las revoluciones. También porque el campeonato comienza el fin de semana posterior al 15 de agosto.
La pretemporada aún está por descifrar tras la cancelación de la gira en Corea del Sur. El traspaso de 3 millones no llego, por lo que se ha cancelado. Se retiró la Roma y lo mismo hizo el Wolverhampton, el otro club que debería haber desafiado al anfitrión Incheon United. Hay un hueco entre finales de julio y principios de agosto. Aún no se sabe cómo se cubrirá. Sin embargo, no faltan alternativas. Como hipótesis, se están evaluando una concentración en Suiza, Austria, pero también en Roma, en Trigoria.
En cambio, se ha confirmado el viaje a Singapur, la ciudad-estado rica y futurista ubicada en el sur de Malasia. La Roma, por allá, se medirá al Tottenham en un amistoso el 26 de julio. Obviamente, no hubo problemas con las transferencias bancarias con los organizadores de la prueba de Singapur. Luego, sin el traspaso a Corea del Sur, regresará a Europa para afinar la preparación, durante la cual se insertarán otros amistosos más o menos prestigiosos, antes de la presentación en el Olímpico que debería tener lugar el 12 o 13 de agosto, a una semana del inicio del campeonato.