Entre las diversas reuniones de mercado que Tiago Pinto ha tenido en Londres, hubo un almuerzo con el técnico giallorosso José Mourinho, el primer paso para la Roma de la próxima temporada, escribe Gianluca Piacentini en Il Corriere della Sera.
El técnico portugués, tras reunirse con el presidente del Al-Ahli, habló con el director general sobre próximos fichajes y posibles ventas, pero probablemente también sobre su propio futuro dado que su contrato expira el próximo año. Sin embargo, la urgencia en estos momentos está ligada al mercado y la consecución de esos 30 millones de plusvalías para respetar el acuerdo de liquidación encontrado con la UEFA. Este objetivo podría lograrse con la salida de Ibañez, al que le gusta el Tottenham, y Kluivert, que es seguido por el Bournemouth.
El tema más candente en la entrada es el del delantero centro, tras la lesión de Abraham y su cancelado traspaso a la Premier League. La idea de la cesión de Scamacca es la opción más viable, también gracias a la fuerte voluntad del jugador de volver a llevar los colores giallorossi tras su etapa en el sector juvenil. Por su parte, los ingleses preferirían una garantía de redención, con una posible solución ligada a llegar a la próxima Champions.
El segundo plan para el ataque del conjunto de Trigoria lleva directo al nombre de Álvaro Morata, recién renovado por el Atlético de Madrid con una cláusula de rescisión asequible de 10 millones. La negociación con el West Ham no será sencilla y a la espera de cerrar bien la negociacion Pinto se cubre las espaldas, de hecho, el club giallorossi acumula dos sí «temporizados».
De hecho, Mourinho habría convencido tanto a Morata como a Frattesi de aceptar el proyecto romanista según informa Calciomercato.com. El problema, de hecho, es el momento. Porque la Roma deberá esperar al 1 de julio para liberarse de las restricciones presupuestarias y formalizar ofertas definitivas. Mientras tanto, sin embargo, tanto el atacante como el centrocampista están en el centro de la mira de varios clubes.
Morata, habló con Mourinho y (sobre todo) Dybala y aceptó la oferta. No jugar la Champions no sería un problema, en primer lugar Morata antepone las necesidades de la familia que quisiera volver a Italia y descartaría las ricas hipótesis árabes. Sin embargo, incluso en este caso, tenemos que confiar en el tiempo y la paciencia de la Juve lista para moverse también por Álvaro. El problema es su salario, pero como hizo hace dos años en Turín, Morata estaría dispuesto a rebajarlo.