El equipo habló con José Mourinho y de la reunión salió el acuerdo de acabar la temporada de la mejor manera posible, sin pensar en las críticas y la derrota ante el Sevilla cuenta Corriere dello Sport. Toda la afición está cerca del conjunto de la Roma, todos navegan en una misma dirección y quieren concentrarse en el partido contra el Spezia para terminar la temporada con una victoria y con un último abrazo a la afición.
Es un partido que quiere jugar Paulo Dybala. El argentino quiere cerrar la temporada con un último abrazo a la afición, quiere estar ahí después de aquellas lágrimas en el Puskas Arena y el abrazo a la hinchada gitana en el sector.
Quiere saludar a los romanistas, quiere jugar un partido más en el estadio que nunca ha dejado de apoyarle durante una larga e intensa temporada. El futuro aún es incierto: no estará este verano con su selección para recuperarse por completo de su problema en el tobillo, entonces tendrá algunos días de vacaciones.