Es el discurso que nunca hubiera querido dar, porque hubiera querido que la Roma se llevara esa Copa a casa. En cambio, la moral del equipo estaba tan baja que José Mourinho ni siquiera esperó a volver al vestuario, escribe Gianluca Lengua en Il Messaggero.
Llamó a todos los jugadores y al staff al campo, los colocó en un círculo y se paró en el centro. Era el momento en el que el líder tenía que dar una nueva motivación al equipo, explicar el futuro, dar una perspectiva precisa de lo que sucedería.
«Perdimos un partido, perdimos una copa. No hemos perdido nada esencial. ¿Perdimos contra ellos? No perdido, empatamos. ¿Y qué es eso? ¿Cual es? ¿Quién charla y habla? ¿Quién esta hablando? ¿Hay alguien que me diga quién habla? ¿O no? Nadie».
Estas fueron las primeras palabras del Special One, quien luego continuó: «Fui allí a ver a mi familia, encontré gente hablando de una cosa incorrecta: el ranking. Vine por ustedes. Siempre hemos estado juntos, hemos hecho todo, hemos vuelto a hablar, hemos vuelto a jugar al fútbol y esta es la cruda verdad. La cruda verdad. Pero mis hijos llevan 20 años viniendo conmigo a mis finales, desde chiquitos. Ahora están ahí, llorando. Mis niños tienen 23 y 27 años siguen el fútbol y a papá. Te vas a casa, ahí está tu papá, ahí está tu papá, ahí está tu esposa. Todos están aquí. Todos están ahí. En realidad no hemos perdido, no hemos perdido».
Mourinho luego ahondó en el tema de su futuro, confirmando su permanencia en la Capital: «El otro día se lo dije a Lorenzo y a Mancini. Vinieron a mí a preguntar. Aquí estoy seguro, quiero seguir aquí por ustedes, por todo lo que he dados por ustedes. Yo me quiero quedar aquí. Sólo aquí. Aquí. Nos tienen que dar más puntos, puntos. Tienen que apostar por nosotros… Pero yo me quiero quedar aquí con ustedes. Ahora aquí no hay que pensar en lo que pasó, en casa hay que pensarlo. Cabeza en alto. Hemos estado juntos aquí… Sin llorar».
Luego el pinto final: «Para mí ustedes son mis muchachos incluso después de este partido que perdimos. El fútbol es fútbol. Los hombres son hombres. Todos ustedes son hombres. Ahora vamos«.