Esta vez no es pretáctico. El problema está ahí, es inútil darle la vuelta. En la sesión del lunes Dybala sintió molestias en el tobillo izquierdo cuenta el diario Il Messagero, el que Palomino había confundido con un balón (por cierto: se acabó la temporada para el defensa que el domingo sufrió una rotura del tendón distal del semitendinoso derecho) en Atalanta- Roma.
Paró de inmediato y ayer prefirió no entrenar, siendo atendido por el cuerpo médico giallorossi. La esperanza de estar presente mañana en la ida de las semifinales de la Europa League ante el Bayer Leverkusen sigue viva pero está claro que hoy puede ser decisivo.
Mourinho probablemente lo conserve también en la sesión de hoy inicialmente abierta a los medios de comunicación. Pero la respuesta la tendrá que dar el jugador que esté haciendo todo lo posible por estar presente. Anoche, a las 6 de la tarde, todavía estaba en la cama del fisioterapeuta tratando de aligerar la extremidad. Mou espera. Está dispuesto a dejarlo jugar incluso sin entrenar, lo considera fundamental en los mecanismos ofensivos de la Roma.
