Un comunicado de prensa de 43 palabras que da la impresión más de un despido que de una separación consensuada, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Sin embargo, una cosa es segura: a 558 días después de asumir el cargo, Piero Berardi ya no es el director ejecutivo de la Roma.
Como de costumbre, al más puro estilo de la familia Friedkin, que ha introducido en su visión gerencial del fútbol, cayó un rayo casi de repente. A decir verdad, sin embargo, hace tiempo que se sabe que la posición de Berardi ya no era sólida dentro del club. Desde la alta dirección de la empresa se habla de diferencias estratégicas entre los Friedkins y Berardi, aunque ni la historia de las plusvalías -que ve bajo investigación a Dan, Ryan y al propio Berardi- ni en la cuestión del nuevo estadio, sobre el que todo procede más o menos según los plazos previstos y con un buen acuerdo básico con el Ayuntamiento, tanto que el concejal de Urbanismo, Veloccia, ya ha dicho: «El proyecto saldrá adelante incluso sin Berardi». Moraleja: «Una cuestión de negocios», dicen desde Viale Tolstoj a Eur.
No hace falta decir que el papel del CEO es tan importante como delicado. Habiendo dicho que el nuevo director comercial Michael Wendell está disfrutando de una gran popularidad dentro de la Roma, la sensación es que esta vez se quiere confiar en una persona que tiene habilidades deportivas, y no solo futbolísticas, mucho más definidas.
En definitiva, se buscara un personaje que puede llevar desde el tema del estadio de Pietralata hasta las relaciones con la UEFA con pleno conocimiento de causa, mostrando capacidad de gestión con los empleados y armonía con otros ámbitos de la sociedad, empezando por el deportivo.
Por otro lado y según cuenta La Repubblica hay algunos elementos más, basta decir que, junto a Berardi, también fueron despedidos sus dos «fieles amigos»: Giovanni Poltronieri, que ocupaba un cargo de director de adquisiciones, y Simone Colombo, responsable de recursos humanos. Berardi los contrato a ambos a si llegada a la capital italiana.
El ahora ex CEO romanista llevaba mucho tiempo defendiendo posiciones en la Liga ante el director técnico De Siervo, hizo eje con Scaroni del Milan y Baroni de la Fiorentina y recientemente había sido protagonista de un duro choque, que estuvo cerca del contacto físico, con el vicepresidente del Udinese. Stefano Campoccia.
