La victoria sobre el Salzburgo confirmó que no solo crece el rendimiento de Paulo Dybala, sino el de toda la Roma, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Empezando por ese grupo de italianos -Spinazzola, Mancini, Cristante, Pellegrini, El Shaarawy y Belotti- que ahora aseguran la estabilidad del equipo en cualquier circunstancia.
En definitiva, hay estrellas que no necesitan la oscuridad que les rodea para brillar, y el club no ha entendido este detalle de forma secundaria, tanto que ya está preparado para el siguiente paso. O: desactivar la cláusula de rescisión en el contrato del argentino. La dirección desencadenará una subida salarial ya acordada hasta los 6 millones por temporada hasta 2025. Algo que la directiva giallorossi ya ha puesto entre las prioridades para el próximo mes de julio. Eso quiere decir que, si hubiera algún club que quisiera volverse loco por el campeón del mundo, posiblemente la Roma podría sentarse a negociar con total libertad, es decir, sin tener las manos atadas por cláusulas de ningún tipo.
Aunque no estuvo en su mejor momento, Joya apretó los dientes ante el Salzburgo para estar ahí y marcar la diferencia. Obviamente esto también es gracias a la excelente relación que tiene con Mourinho. Esto no quiere decir, sin embargo, que si el Special One decide irse, la historia de amor entre Dybala y Roma se detendría. El argentino busca un proyecto ambicioso, pero independiente de quién sea (o no) el nuevo entrenador.