Por un lado, las ganas de darlo todo y volver a situar a la Roma entre los cuatro primeros de la liga, por otro, un futuro aún por escribir. Este es, según escribe el Corriere della Sera, el estado de ánimo con el que Chris Smalling se prepara para afrontar las primeras semanas de 2023. El 30 de junio, de hecho, expirará el contrato que le une a los Giallorossi pero, en el acuerdo con el club de los Friedkins, existe una cláusula –que solo puede ser ejercida por el jugador– que le permitiría ampliar el contrato una temporada más tras haber alcanzado el 50% de las presencias. Pronto, por tanto, el número 6 podrá obtener fácilmente un año más de su contrato pero, de momento, no parece seguro de querer desencadenar la renovación automática.
El jugador de treinta y tres años, que llegó a la capital en 2019, es muy consciente de que la próxima puede ser la última operación importante de su carrera y quiere evaluar detenidamente qué camino tomar. De hecho, a Smalling le gustaría volver a jugar la Champions y, tras su pista, hay varios clubes que ya han contactado con su agente. En Italia con los radares encendidos están Inter y Juventus pero, para hacer flaquear al jugador, podrían llegar pronto varios clubes ingleses.
La Roma ya ha hecho saber al central que está disponible para ampliar la posible renovación a los dos próximos años, siempre que el jugador acepte reducir su salario. Este es el único cambio a los acuerdos ya realizados que el director general Tiago Pinto parece dispuesto a pactar con Smalling. Por lo tanto, si el defensor rechazara la oferta, no habrá aumentos en Trigoria. Una política destinada a evitar tener que lidiar con un nuevo caso de Mkhitaryan.