José Mourinho puede respirar tranquilo: mañana por la mañana, alrededor de las 6.45, Paulo Dybala aterrizara en el aeropuerto de Fiumicino en un vuelo procedente de Argentina y, salvo complicaciones, estará a disposición del técnico portugués para la reanudación del campeonato, el 4 de enero (16.30) en un Olímpico con entradas agotadas, ante el Bologna cuenta el Corriere della Sera.
Ayer la Joya comunicó oficialmente al club la fecha de su regreso, que se producirá once días después de la final del Mundial ganado por Argentina ante Francia en los penales, también gracias a su aporte. Tras los debidos festejos, Paulo volverá a estar a disposición de Mourinho: mañana apenas podrá entrenar con el equipo, que trabajará por la mañana, y casi seguro que no participará en el amistoso del viernes por la mañana en Trigoria (a puerta cerrada) ante el Viterbese, mientras que el sábado el técnico dio el día libre al equipo.
En estos días, por tanto, es probable que Dybala realice un trabajo diferenciado, también para que la plantilla y el propio Mourinho midan su estado de forma. El primer entrenamiento con sus compañeros debería tener lugar el 1 de enero, es decir, tres días antes del partido contra el Bologna. Mourinho decidirá si unas pocas sesiones con el equipo son suficientes para verle sobre el césped desde el primer minuto.
Sabiendo que en la primera parte de la temporada ya se ha labrado (con hechos y palabras) el papel de futbolista imprescindible para el equipo, algo que sigue demostrando pues el delantero argentino siempre tiene a la Roma en su corazón. De hecho, a petición de Mou, cortó unos días de su descanso para llegar mañana a la capital.
