Edoardo Bove y Davide Frattesi, dos jugadores de calidad unidos por el amor a la Roma. Uno podría irse, el otro en cambio sueña con volver después de las varias aventuras por Italia que lo ayudaron a crecer y ser uno de los mejores centrocampistas de la Serie A.
Bove sueña con convertirse en uno, tal vez siguiendo el mismo camino que el neroverde de veintitrés años. Frattesi, por otro lado, necesita dedicarse a uno grande. En Emilia se ha convertido en una certeza, encontrando muchos admiradores no solo en Italia sino también en Europa. Y últimamente muchos clubs han llamado a la puerta del Carnevali. Lo intentaron, por orden, Juventus, Napoli, Brighton, pero la respuesta siempre ha sido la misma: «Mi deseo es volver a vestir la camiseta de la Roma y volver a mi ciudad» cuenta Corriere dello Sport.
Movido por un sincero apego a los colores de los giallorossi, el centrocampista del Sassuolo ha congelado recientemente todas las ofertas. Palabras sinceras, cariñosas, y capaces de encender una negociación naufragada el pasado verano por la alta valoración (35-40 millones) que hizo el Sassuolo, pero que se quedó en las ideas de Tiago Pinto, y ahora pensada sobre nuevas bases.
¿Cual? La posibilidad de insertar el fichaje de Edoardo Bove (la pasión histórica de los neroverdi, pero que la afición de la Roma había vetado el pasado verano) dentro de una operación que contemplaría una cesión con obligación de compra a Frattesi, que se ejercería el próximo junio .
El interés del Lecce por el joven centrocampista de Mourinho no se desvanece, al contrario. Las partes se mantienen en contacto y volverán a escuchar después de las vacaciones. Pero como se sabe sin alternativa, Mourinho no dará luz verde a la marcha del Bove. Con el asunto Frattesi, en cambio, el problema del suplente quedaría superado.
