Si te gustan las historias de amor tormentosas, la de Roma y Rick Karsdorp es para todos, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Eso sí, la parte de la pasión ardiente está un poco pasada de moda en este momento, y ni siquiera hay señales de que se reavivará pronto, pero dado que a veces los matrimonios también tienen que ver con el interés mutuo, no se dice que algo no vuelve a germinar. En cualquier caso, ayer se registró formalmente un paso adelante, dado que el lateral acudió a la llamada del club giallorossi y se presentó a la primera jornada de trabajo en Trigoria.
El club giallorossi no aporta ninguna información sobre lo ocurrido dentro de los muros del centro deportivo, pero parece que no hubo un contacto particular con José Mourinho -el gran «adversario»- ni conversaciones serias con la dirección. Por otro lado, al ex Feyenoord solo se le reiteró lo que ya le habían dicho en los últimos días. Es decir: dada su deserción en noviembre, en todo caso se le impondrá una fuerte multa, quizás la máxima posible, es decir, el treinta por ciento de su salario mensual.
Cuidado con las sombras. La situación es compleja porque no solo el Especial está enojado con Karsdorp por la «traición» que se produjo en Reggio Emilia con el Sassuolo que -según el entrenador- fue el último eslabón de una cadena de actitudes poco profesionales en el parte del jugador. En realidad, también está enfadado el jugador que, además de haberse rebelado ya contra las críticas de su entrenador en el vestuario, no le ha perdonado el hecho de haber sido arrojado indirectamente a la opinión pública. Su participación en la concentración de Portugal pende de un hilo.