Aquí vamos de nuevo. En pleno período cinepanettoni, toma forma en Roma la secuela de una película ya vivida la última temporada. Habiendo archivado no sin pesar la primera obra firmada por Mkhitaryan, el segundo guión se está finalizando en el escritorio de Tiago Pinto. Donde fondo y trama repiten lo que vimos con el armenio, pero esta vez con Smalling como protagonista. Saliendo de los pasillos y volviendo a la mesa de renovación, la cuestión en torno al inglés toma cada vez más los contornos de un remate.
Inter y Juventus han empezado a tomar información sobre el ex United, que vera expirar su contrato con la Roma el próximo verano. Crecen los rumores de que el entorno del futbolista no ha encontrado ni confirmación ni siquiera desmentido, dejando deliberadamente el campo abierto a todos los escenarios futuros posibles. La Roma esta vez no quiere ser un espectador pasivo, a pesar de que Smalling parece querer sentarse y escuchar a todos. Al menos hasta finales de enero, cuando se activará la opción de renovación hasta 2024, al sumar su partido 29.
A partir de ese momento, el inglés deberá comunicar su voluntad al club: renovar o esperar, quizás jugando al alza con otras ofertas sobre la mesa. Escenarios claros, pero ya vistos desde las partes de Trigoria y en los que la Roma no pretende participar. Un concepto que reiteró Tiago Pinto al entorno del jugador en la última reunión del pasado mes de octubre, cuando se planteó un camino más: una renovación por dos años con un salario inferior a los 3,5 millones que hoy recibe.
Una negociación por armar, pero en línea con las ambiciones de dos años del futbolista. El plan de la Roma para quedarse con Smalling empezó hace tiempo, esta vez con el club como protagonista y espectador escribe Marco Juric en la web de Gianluca Di Marzio.
