Esperaba cerrar 2022 con un partido decididamente diferente, en cambio acabó con los abucheos del Olímpico y un empate ante el Torino empatado al final. La frustración por el resultado y la decepción del estadio también despistaron a Bryan Cristante quien en el minuto 61 del partido del pasado domingo tras ser sustituido soltó un gesto de molestia que avivó aún más el descontento de los que estaban en la grada: unos cinco dados a un miembro de la plantilla, luego una botella de agua tirada con fuerza al suelo, una ruptira normal para un jugador que ha intentado por todos los medios dar lo mejor de sí mismo sobre el césped pero que al final abandonó el campo con la inevitable decepción no solo por el resultado sino también por la actuación de un equipo que una vez más no dio los resultados deseados.
El centrocampista abandonó ayer la concentración de los Azzurri por un problema en la mano izquierda, lesión que sufrió en los minutos finales del partido ante el Napoli el pasado 23 de octubre. Casi un mes después el dolor no ha desaparecido, la contusión ósea en el escafoides no le ha dado respiro y ahora el jugador deberá ser intervenido quirúrgicamente.
Durante el parón intentará sacudir al equipo para intentar salir de la crisis y poder empezar 2023 de la mejor manera posible. Además durante el parón también llegará el anuncio de su renovación de contrato según cuenta hoy Corriere dello Sport. Ha estado lista durante algún tiempo, pero la línea de los Friedkin es anunciar extensiones solo durante los descansos del fútbol. Cristante ha firmado un nuevo contrato hasta 2027 y cobrará alrededor de tres millones de euros netos por temporada.