Si quieres que Tiago Pinto pierda los estribos, y hace falta, pídele que juegue al juego de las tres cartas. Carta gana, carta pierde, Tiago cual eliges? No elegirá, te responderá mal. Y como le conocemos, es una persona tranquila y con una sonrisa que lo acompaña, verlo molesto sería algo inédito. Solo hace falta decir que han pasado otras veinticuatro horas y Wijnaldum sigue siendo jugador del PSG. Que, en este asunto, las condiciones y los números están cambiando de un día para otro. Y esto molestó bastante al técnico portugués que lleva días trabajando en Wijnaldum con el objetivo de garantizar a Roma y Mourinho otro gran acierto según cuenta hoy el diario Il Romanista.
¿Existe el riesgo de que el acuerdo pueda cancelarse? La respuesta es no, pero los continuos cambios que propone el PSG para garantizar el cierre, han cansado al jugador, que por su parte ya ha renunciado a una serie de bonificaciones, y fastidiado a la Roma que ya quiso cerrar hace varios días. Según cuenta Piero Torri en el diario capitalino, el problema no es la fórmula del traspaso: cesión con derecho a compra (entre seis y ocho millones) que se convierte en obligación bajo determinadas condiciones: clasificación para la próxima Champions y número de partidos jugados de al menos cuarenta y cinco minutos del neerlandés (cincuenta por ciento). El dilema seguiría estando en el reparto del sueldo neto de siete millones (el emir paga los tres premios).
El PSG quería inicialmente que toda la ficha la asumiera la Roma que, en cambio, según la oferta parisina, quería garantizar sólo el cincuenta por ciento. En este punto nacieron las negociaciones y el juego de las tres cartas. Ahora habríamos llegado a setenta (Roma) y treinta (Psg), pero se corre el riesgo de que Luis Campos, el hombre de mercado del emir pueda barajar de nuevo la baraja.
Hoy, sin embargo, aunque nos demos cuenta de que podemos ser repetitivos ya que llevamos unos días repitiendo lo mismo, hoy debería ser el día decisivo. Si Wijnaldum es jugador de la Roma esta noche, todo está bien, de lo contrario, el riesgo de que el asunto se complique podría tomar contornos inquietantes.