El Dybala futbolista parte de Laguna Larga, un pueblo de 8.000 personas en Argentina en provincia de Córdoba. Paulo crece entre colinas, entre fútbol, intuición y destellos de talla mundial. Todos los niños juegan al fútbol, a menudo regateando la pobreza y los problemas. Lo hacen en “La Canchita del Seba”, un terreno transformado en un improvisado campo de fútbol, con gigantescas llantas de camión formando gradas a su alrededor.
«Hay muchas anécdotas sobre él cuando era niño«. ¿Como cuáles? “Solo te digo que un día jugó un torneo con unos chicos de secundaria. El era el más joven de todos, solo tenía 9 años, pero no hay historia. ¡Goles y magia como si fuera un veterano, con la camiseta que le llegaba hasta las rodillas!”. Era de otro planeta y todos lo entendían» El camino de Paulo allí comienza, sobre los inicios de Dybala habló con la web de Gianluca Di Marzio, Francisco Buteler, su entrenador de Instituto que lo entrenó y lo vio crecer.
“Dybala solo jugó con nosotros en Argentina. Hizo todos los equipos juveniles aquí antes de irse a Palermo. Éramos una familia para él”. Pero no siempre ha sido fácil, todo lo contrario. “Cuando su papá murió, él quiso dejar el fútbol. Nosotros como club, además de obviamente su madre y hermanos, hemos sido muy cercanos a él”.
Su padre, Adolfo, había jugado al fútbol de joven, lo llamaban el «jabalí» por sus duras entradas. Al final de su carrera se había hecho cargo de una librería en Laguna Larga. Se llamaba la “Favorita”, como el estadio de Palermo donde Paulo jugará su primera experiencia europea. Cosas del destino. “Él y su padre eran muy unidos, cada gol se lo dedica levantando los brazos al cielo. Siempre ha tenido una gran determinación en querer hacerlo. Después de su muerte se vino a vivir aquí, al internado de Instituto, a enfocarse en el fútbol y a demostrar una fuerza de voluntad increíble”.
“Una vez que estábamos jugando contra Racing Avellaneda, falla uno y es reemplazado. Se enfada, responde mal. Una cosa que no hace, siempre ha sido un chico respetuoso y educado. Luego nos dijo que era el primer aniversario desde la muerte de su padre y que no estaba concentrado. Confió y se apoyó en nosotros que siempre lo hemos hecho sentir como en casa”. Paulo nunca lo olvidará. Muchas veces habló de su Córdoba, muchas veces volvió y sigue en contacto con mucha gente de allí. Le debe mucho. “Él y yo hablamos seguido, lo sigo siempre que puedo. Él es como un hijo para mí. Me mandó un diez de la Juve, ahora estoy esperando una camiseta de la Roma”.
Buteler comenta sobra la llegada de la Joya a la capital italiana:»Creo que puede encontrar la felicidad en Roma. Puede volver a ser protagonista, sobre todo porque lo pondrán en el centro del proyecto. Dependerá mucho del papel que le dé Mourinho, pero creo que puede volver a ser ese jugador que todos admirábamos tanto en Palermo como en la Juve«. En esta ocasión contará además con un estímulo extra, como es el campeonato mundial que se jugará en noviembre en Qatar. «Creo que Dybala en la selección siempre ha tenido un poco de mala suerte. Puede jugar muy bien con Messi y tiene todas las credenciales para ir a Qatar. Como protagonista. Solo necesita un poco de confianza«.