Debe ser desconcertante, incluso en el bienestar económico y en el asombro de 23 años, sentirse suspendido entre la continuidad y la ruptura, entre las costumbres romanas y las tentaciones nórdicas. En enero, cuando habría aceptado un aumento de 500.000 euros respecto al salario actual, los directivos le aseguraron: «Hacemos el contrato al final de la temporada».
Pero nada, a pesar del gol que dio el primer trofeo Uefa en la historia de la Roma. A pesar de una relación «normal», ciertamente no tensa y no conflictiva, con José Mourinho. A pesar de las excelentes relaciones diplomáticas entre el club y el agente, Claudio Vigorelli. A pesar de todo, la Roma cree que tiene que organizarse en función de sus necesidades: sólo ofrecerá el contrato a Zaniolo al final del mercado de fichajes, si no consigue colocarle según cuenta este domingo Corriere dello Sport.
Zaniolo ya le habría dicho a la Roma que solo aceptará quedarse en Italia. No Premier League, por ahora, porque la transferencia al exterior es una perspectiva que se vivirá más adelante. Nicolò solo iría a la Juventus y al Milan, aunque el Napoli lo buscara a principios de la primavera pasada. Pero ni la Juve ni el Milan han dado pasos en firme para comprarle. Si los Friedkins, atraídos por una rica plusvalía, aceptan contrapartidas técnicas (una posibilidad real), la Roma podría recibir una oferta oficial en unas pocas semanas.
Entre los muchos nombres de jugadores abordados, solo hay dos que podrían ser de interés: el mediapunta brasileño Arthur (Juventus) y el centrocampista Pobega (Milán). Pero luego hay que ponerse de acuerdo sobre la valoración global y por tanto sobre la cantidad que cobraría la Roma. decisiones Para ser aún más claro: Zaniolo no quiere irse de Roma, es Roma la que lo considera prescindible. En la hoguera de las plusvalías, principalmente. Y el arriesgo de cometer un error. Si no consigue venderlo, intentará discutir con él el famoso contrato a menos de dos años de su vencimiento, a finales de verano.
Y si Zaniolo no quiere aceptar, o no considera adecuada la solución que se le propone, a su vez apostará con su talento: entrar en una temporada como protagonista, tras el encontronazo que le llevó por altibajos a la noche mágica de Tirana, sería él quien dictaría las condiciones el próximo verano. Pero la sensación es que no llegará tan lejos. Zaniolo y la Roma quieren resolver el problema de inmediato, para no arrepentirse después. Tal vez con una separación consensuada que produzca riqueza para todos.