La jugada sorpresa de José Mourinho que nadie había previsto, el grito del Olímpico en darle la bienvenida. Spinazzola está de vuelta, pero esta vez como titular, otra vez dueño de su banda ante un Venecia ya descendido a la Serie B, pero para Spina fue ma oportunidad de aparecer en el saque inicial.
Acogido por el abrazo que recibió de la afición, el italiano se puso de inmediato a carburar, a moler kilómetros, apuntando constantemente al hombre, acelerando y hasta intentando el tiro. Una amarilla por una entrada dura, que atestigua lo preparado que se sentía dentro del partido.
45 minutos sobre el césped, para que alguien le «apruebe», para él es un paso más hacia la normalidad, para volver a sentirse futbolista.
Un tiempo de juego con Venezia y otra presencia en el campo en el partido del viernes contra Torino solo pueden significar una cosa: que Spinazzola puede ser una carta importante a jugarse en la final de Tirana. Mourinho lo sabe bien.