Siete detenciones por resistencia y lesiones personales. Este es el balance final tras el Roma-Leicester, pero todo en detrimento de la afición inglesa. Así que el plan de seguridad funcionó. Sin accidentes aparte de algunas bombas de humo y cero daños en la ciudad o en el Olímpico. El plan elaborado por la Jefatura de Policía de Roma, que incorporo las directrices emitidas por el Comité de Orden Público y Seguridad, se desarrolló sin contratiempos con amplios controles desde la noche anterior, con especial atención a los pubs frecuentados por aficionados visitantes. Durante los minutos finales del partido, algunos hinchas de la Roma que ocupaban el sector cercano a los invitados lanzaron algunos objetos hacia los ingleses; esto provocó la reacción de este último que, queriendo agredir a los giallorossi, arremetió contra los comisarios de turno. El Gerente del Servicio de Orden Público envió rápidamente algunos equipos de agentes del Departamento Móvil para ayudar a los mayordomos, restableciendo rápidamente la calma en todo el sector.
Precisamente en este contexto, los policías de la comisaría de Prati lograron detener a 7 ingleses, de edades comprendidas entre los 23 y los 36 años, que habían golpeado materialmente primero a los comisarios y luego a los mismos agentes de la Policía Estatal. 6 mayordomos y 5 policías resultaron heridos en la emergencia; todos tuvieron que acudir a urgencias y fueron reportados con un pronóstico de 2 a 15 días. Los 7 ultras de Leicester fueron detenidos bajo serias sospechas de los delitos de resistencia, violencia, lesiones personales y amenazas a la P.U.; por la mañana tuvo lugar el rito directo en la Corte de Roma con la sentencia para los 7 autores a un año de prisión. Así en un comunicado de prensa de la Jefatura de Policía. Otros 2 aficionados visitantes fueron denunciados en estado de libertad por haber introducido algunos artefactos pirotécnicos en el estadio.