Muchos frentes abiertos y un futuro por escribir. Los Friedkins -ó alguien en representación de ellos- se dividen entre estrechas conversaciones con la UEFA para llegar a un acuerdo sobre la violación del Fair Play Financiero autoinformado por la propia Roma, y con el Campidoglio para la elección de la nueva zona del estadio y la compra de otros clubes de fútbol según los reportes de Il Tempo.
Los diálogos entre los hombres del Financial Control Body Club de Nyon y el CEO Giallorossi, Pietro Berardi, apoyados por los directivos del área de «finanzas», están en pleno apogeo. La Roma forma parte de la treintena de clubes convocados por la UEFA para acordar un nuevo plan de pago tras el incumplimiento de los parámetros del ya viejo Fair Play Financiero.
La normativa vigente prevé que las sociedades podrían haber sumado una pérdida máxima de 30 millones en el cuatrienio finalizado el 30 de junio de 2021, considerando los resultados de los dos primeros estados financieros del periodo y la media de los dos últimos. La Roma ha superado con creces la marca, dado que esa cifra equivale a -244 millones de euros. Sobre la mesa, entre las diversas opciones, hay un acuerdo de resolución de tres años, que impondría a Roma una serie de condiciones a respetar. De momento no se prevén ningún tipo de sanciones, solo acuerdos y metas a cumplir.
