La tensión es muy alta: la Roma está furiosa con Jordan Veretout. Su salida al final de la temporada se da por sentada, incluso a precios menos ventajosos de lo que sugeriría la valoración del mercado de un buen centrocampista. Pero José Mourinho, que conversó con Tiago Pinto sobre el caso de la fiesta de Montecarlo, también evalúa medidas a corto-medio plazo. Cada escenario está abierto, más allá de la indisponibilidad momentánea que impedirá a Veretout participar en el partido contra la Sampdoria.
La fiesta Covid de su esposa Sabrina, quien resintió los inaceptables insultos recibidos a través de las redes sociales pero admitió con franqueza que celebró su cumpleaños en compañía a pesar de la conciencia de ser positiva al virus, es el último desgarro en una situación ya comprometida.
El motivo del desgarro es la negociación de la renovación del contrato. Tiago Pito dijo estar dispuesto a cumplir una promesa anterior a su gestión, ampliando el acuerdo que vence en 2024 a una cifra de 3,5 millones netos por temporada. Pero Veretout, según se desprende de las partes, cancelo la negociación porque quería un salario más alto: tras evaluar los contratos de Abraham y Pellegrini, los mejor pagados del equipo, quería ser tratado de la misma manera, creyendo que merecía 6 millones.
Incluso según cuenta Corriere dello Sport, se habla de una entrevista privada que tuvo con Mourinho, en la que el jugador se desahoga expresando duros conceptos: «Si no estamos de acuerdo en el contrato, no juego más». En definitiva, Veretout defraudó a la Roma dentro y fuera del campo, tras las dos primeras temporadas en las que había sido de los mejores y tras un gran comienzo con Mourinho, que incluso le había lanzado en la selección francesa.
