La preocupación se dispara. Los rumores difundidos por «Curved Radio» parecen recordar los derbys del pasado, según La Repubblica. Esta vez la «cita» entre ultras romanistas y laziales no sería en el Foro Itálico, si no muy lejos, en el Lungotevere. ¿Objetivo? Dársela de lutos, anticipándose a la policía. Pero la digos monitorea.
El comisario de policía Mario Della Coppa ha ordenado el uso de unos mil agentes para asegurar el Olímpico y evitar cualquier contacto entre las dos aficiones: el área de los giallorossi en la Piazza del Ponte della Musica, los biancocelesti en el Ponte Milvio. Se esperan 50.000 espectadores: nunca, en la era post-Covid, ha habido un derby con tantas entradas vendidas y además será el último con el estadio al 75% de su aforo, dado que se volverá al 100% a partir de abril.
El prefecto Matteo Piantedosi quería una doble filtración en las entradas para un control más riguroso. La idea de que puedan entrar pancartas prohibidas con mensajes prorrusos es preocupante: en cambio, en la Curva Nord habrá hinchas neofascistas del Levski Sofia y los del Wisla Cracovia, cercanos a la ideología prorrusa. Representantes de West Ham y Real Madrid en el sector de la Lazio, de Panathinaikos, Atlético de Madrid y Dinamo Zagreb la sección romanista.
