La mente de la afición giallorossi ya está en el derby (lleno total garantizado: más de 51 mil hinchas garantizados). Pero primero está el partido de vuelta contra el Vitesse, escribe Stefano Carina en Il Messaggero. No es exactamente un formalismo ya que la UEFA decidió que los goles fuera de casa, en caso de empate, ya no valen el doble. La Roma parte con una gol de ventaja, imposible de hacer cálculos. Por lo tanto, el juego debe jugarse con la máxima atención. También para devolver el cariño de los 38 mil que dejarán el jueves por la noche los sofás de sus casas para apoyar a Pellegrini y sus acompañantes.
Sin embargo, se puede esperar una rotación mínima. Rotaciones forzadas en el trío defensivo dada la descalificación de Mancini: Smalling es llamado a la causa con el regreso de Kumbulla e Ibáñez a los lados. En la mediana, Mkhitartyan regresa desde el primer minuto. El armenio, tras cumplir una sanción ante el Udinese, es candidato al puesto de mediano bajo.
A José le gustaría conservar a Cristante pero será una decisión que tomará después del entrenamiento de hoy. Tanto Oliveira como Veretout, suplentes elegibles, atraviesan un momento complicado. Lucha entre El Shaarawy-Zalewski por un puesto en la izquierda. Y existe la posibilidad concreta de presenciar una carrera de relevos entre Félix y Zaniolo.
Los dos también se habían alternado en los entrenamientos previos al partido contra los friulanos pero al final Nicolò había comenzado con regularidad como titular. Mañana, sin embargo, no se descarta que inicialmente pueda permanecer en el banquillo. Jugadas preparatorias para luego desplegar la formación típica el domingo contra la Lazio.