Tras la madre de Zaniolo, su agente Claudio Vigorelli también saltó al campo en defensa del chico al que asiste tras el desafortunado comentario de la seleccionadora italiana, Bertolini: «Zaniolo hay que educarlo, últimamente está pasando apuros«. Sobre el tema dijo a La Gazzetta dello Sport:
«La vida, a veces, es un concentrado de forma y sustancia, de tiempo y oportunidad. Si es cierto que tenemos días en los que los personajes públicos suelen vivir bajo la lente de un Gran Hermano indiferente a las emociones personales, pero atento solo a las colectivas, probablemente sean los roles y las edades los que nos deban empujar a la prudencia. Nicolò Zaniolo tiene 22 años, con toda la fuerza y los límites que esta edad es capaz de expresar. Que es valuarte de la Roma -que siempre está a su lado- y del fútbol italiano, no solo yo, en mi calidad de agente, sino la dirección técnica y política de la selección, que entre otras cosas en los últimos días lo tienen ya convocado informalmente. Dicho esto, es lamentable ver cómo una de las entrenadoras más preparadas a nivel internacional, Milena Bertolini, no ha sabido suavizar su lenguaje para adaptarse al rol y a la situación particular que vive el chico. Nicolò ‘debe ser educado’ en la misma medida en que es un deber hacerlo con sus compañeros. Nada más y nada menos. Y como a mi edad uno nunca deja de aprender, me gusta agregar que cada componente del fútbol puede afinar su comunicación, haciéndola más a tono con una realidad extremadamente compleja. Al fin y al cabo, quien forma tiene el derecho y el deber de situarse en relación con sus referentes como una especie de maestro del cuerpo pero también del espíritu, ejerciendo esa labor de conocimiento y tolerancia que abre las puertas al crecimiento. Una cosa es cierta: para los que como yo tenemos la suerte de conocerle, me gusta recalcar que la verdadera fortuna de Nicolò no es sólo la de poseer un talento único para el juego del fútbol, sino la de tener una familia maravillosa detrás de él que la educa. y lo protege de la mejor manera posible, es decir, en ciencia y conciencia. Igor, Francesca y Benedetta representan la riqueza que abrirá el camino a la deslumbrante carrera a la que le conducen sus medios técnico-físicos. El resto son solo clichés y malas interpretaciones. Lo que envenena cada vez más a un fútbol enfermo de retórica”.