Después de todo, el casting para el ataque goza de toda la atención necesaria para las bodas, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Desde la inversión nada trivial (40 millones y bonificaciones), el elemento básico del departamento avanzado de Roma siempre ha sido definitivo: Tammy Abraham. Un punto, claro, según el catecismo de José Mourinho en la versión 4-2-3-1. Luego estuvo la tentación de Eldor Shomurodov, otra nueva compra (y por valor de 18 millones). Resultados que se pueden repasar en varias ocasiones, tanto es así que -una vez utilizado ese 3-5-2 útil para proteger mejor la defensa y dar más espacio al delantero centro inglés- el compañero ideal parecía ser Nicolò Zaniolo. ¿Todo resuelto? En realidad no, porque las dolencias del joven atacante a veces no lo permiten estar disponible, o quizás no en las mejores condiciones.
Pero como el caso también se basa en los detalles, fue el partido de Sofía ante el CSKA el que le dio al técnico portugués la mejor noticia de la semana: la total fiabilidad de Borja Mayoral. Y tanto así que en Serie A el Special One está reflexionando sobre la posibilidad de desplegar el ataque «de los máximos goleadores». El español es el de la temporada pasada, con 17 goles en su haber, y el inglés es el del actual, con 10 goles ya marcados, como Edin Dzeko en su primera temporada en el conjunto Giallorossi, aunque el delantero centro bosnio Jugó la Champions y no una cita sin duda menor como la Conference League.
La sensación es que hay mucha compatibilidad técnica entre Abraham y Mayoral. Si Shomurodov y Zaniolo parecen ser más atacantes desde espacios abiertos, en los que desarrollar una carrera disruptiva, el ex del Levante parece tener las características de lo que puede ir hacia el balón, permitiendo así que el inglés busquen profundidad.