Es cuestión de tres semanas, cuando se abra la ventana invernal de fichajes en la que Tiago Pinto deberá intentar mejorar y completar a la Roma, además de calmar las peticiones de Mourinho, que también son compartidas por el club. El problema es que, nombres aparte, lo que filtra es que el el saldo disponible para intervenir en el mercado de fichajes según escribe Piero Torri en el diario Il Romanista.
Tanto es así que el director deportivo Giallorossi, a aquellos agentes con los que se ha reunido en las últimas semanas, les dijo claramente que las operaciones entrantes serán posibles sólo o casi con la fórmula de préstamo, si se desea inocuo el derecho de compra, no será con el parámetro de obligación. Operaciones, además, que tienen esta prioridad: primero el lateral, luego el centrocampista. Lo que, sin embargo, que a nosotros, como orden de prioridad, nos resulta extraño ya que Mourinho lleva pidiendo que un hombre de calidad se despliegue en el medio del campo desde el pasado mes de junio, un jugador capaz, en los auspicios del Special One, de subir de nivel al departamento y en consecuencia a todo el equipo.
La cosa está tan bien asentada que, en cuanto a las posibles llegadas de Trigoria, los rumores siguen floreciendo, sobre todo por parte de los centrocampistas. Hace tres días, por ejemplo, surgió el del francés Corentin Tolisso, cuyo contrato expira el próximo 30 de junio con el Bayern y, por lo que cuentan los bien informados, el jugador está más que dispuesto a emprender una nueva aventura que le permita volver a jugar con un determinada continuidad.
Ahora y según el periódico dedicado al mundo romanista se añade, con razonable certeza, también el de Saúl Niguez, el español propiedad del Atlético de Madrid que el pasado verano, a cambio de cinco millones, se fue cedió al Chelsea con un derecho de compra fijado en cuarenta millones. Cifras que, como no es difícil de entender, están absolutamente fuera del alcance de la Roma actual. Pero en el fútbol, en algunas ocasiones hay situaciones que pueden hacer factible incluso lo que se considera imposible. Y en el caso de Saúl, hay una serie de circunstancias que pueden conducir a un acuerdo creíble.
La primera es que el centrocampista español, de veintisiete años, 456 partidos como profesional, 53 goles, un gran pasado con el Atlético, 19 veces internacional español con tres goles en su haber, pidió dejar al Chelsea donde Tuchel, hasta el momento, le ha hecho jugar poco o nada. Bueno, se podría responder, luego volverá al Atlético de Madrid. Correcto, pero esta consideración legítima conduce a la segunda pista. Es decir, su salida del Atlético fue provocada, según cuentan en España, por una ruptura bastante grave con Diego Simeone. Y eso significa que, para Saúl, irse significa considerar mudarse a jugar durante seis meses cedido en otro lugar y luego lo se verá en junio.
La tercera pista es que el jugador español tiene un salario aceptable para el club Giallorossi. Su salario ronda los seis millones y netos por temporada, lo que, dividido en dos, genera unos 3 millones para los seis meses de enero a junio. La cuarta pista, tanto de enero como de junio, es que en España siguen asegurando que el Atlético de Madrid estaría interesado en Gonzalo Villar, un jugador que sin duda está fuera de los planes de la Roma. Un cambio de préstamos en enero y luego en junio para ver si y cómo se podría transformar en un cambio de fichas, no se excluye.
