Alessio Riccardi a todas luces aparece fuera del proyecto de Mourinho, pero a principios de temporada la Roma daba toda la impresión de no querer desperdiciar su talento, por ello Pinto armo un plan que lo sumaría al Primavera de Alberto De Rossi, y gracias a la nueva ley que permite inscribir más jugadores mayores de la edad requerida en el torneo con el equipo juvenil.
Un camino, de hecho, no del todo lineal, que hasta ahora no ha sido claro porque el centrocampista solo ha jugado dos partidos, ambos fuera de casa. Primero en Pescara (asistencia) y luego en Milán, ante Inter (gol). En definitiva, pese al poco tiempo que tuvo en campo logró dejar su huella.
Ahora espera enero. Una salida prácticamente se da por sentada, pero la fórmula debe aun definirse. Riccardi es romano y romansita, no quiere ser la clave de un contrato que siempre lo firman dos, el jugador y la Roma, y según apunta Corriere dello Sport el joven formado en las inferiores capitalinas también estaría abierto a valorar las opciones de jugar incluso fuera de las fronteras italianas. Sin embargo, busca un proyecto donde pueda jugar, renacer y dar un giro a su carrera que parecía podía ser muy brillante.