El telón cae sobre la gestión de Paulo Fonseca, con el séptimo puesto conquistado in extremis, escribe Francesca Ferrazza en La Repubblica. La Roma empató en el último partido liguero ante La Spezia (2-2), y se colocó séptima en la clasificación, superando al Sassuolo, solo gracias a la diferencia de goles. Deja el equipo clasificado para la Conference League, Fonseca, y comienza la era de Mourinho.
En Trigoria ya se está estudiando la fecha y, sobre todo, la mejor forma de presentar a José ante la prensa y la afición, que está deseosa de saludar al técnico en el que depositan todas sus esperanzas para las ambiciones de futuro. Una ilusión que sorprende y exalta a Mourinho, que ya ha dejado claro a los Friedkins que está dispuesto a asumir la responsabilidad deportiva total del club, a la vez que quiere un apoyo activo en la organización de los contornos que encontrará dentro del centro deportivo de la Roma.
Mou, podrá hacerse cargo de todo, este es el resumen, el Special One, dado que ya le espera mucho trabajo en lo que concierne a su ámbito de competencia. Un trabajo que se verá facilitado por la presencia activa de los dueños en Trigoria, ya inmersos desde hace semanas en una reestructuración total de la vida laboral diaria dentro de los muros del polideportivo Giallorossi, que volverá a ser el centro de poder del club con la sede en el centro de la capital considerada inconveniente y no muy útil de hecho. En los próximos días se intensificarán los encuentros entre Tiago Pinto y Mourinho para planificar el mercado. Encuentros entre Londres y Montecarlo, en los que hablar de los roles sobre los que intervenir.
